jueves, 5 de junio de 2008

Cuando la mafia roba las becas: una historia de corrupción



Después de enterarnos por diversos medios impresos, entre ellos la revista Proceso, que la otrora “pareja presidencial” (Vicente Fox y Martha Sahagún) viven en un paraíso llamado La Estancia, antigua propiedad abandonada y remodelada durante el gris sexenio foxista a costa del erario público, sólo nos queda la impotencia de sorprendernos victimas de la corrupción.

Francisco Valdés Ugalde, en su ensayo titulado La corrupción y las transformaciones de la burguesía en México 1940-1999, comenta: “El efecto de la corrupción sobre la relación entre el sector público y privado de la economía ha sido la formación de una “cleptocracia” que ha podido disfrutar de un acceso privilegiado a los fondos públicos para apropiárselos privadamente”.

La corrupción en México está implícita en todos los ámbitos públicos, hasta en los relativos a la promoción y difusión de la cultura.

Las trampas para obtener una beca

Una diversidad de organizaciones culturales certifica a los artistas, los proveen de medios de vida, aumentan su prestigio y promueven sus carreras, forman parte de la comunidad intelectual de todas las sociedades modernas.

Entre los apoyos que se reparten a los artistas a nivel nacional y estatal, encontramos las becas anuales que otorga el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y, en Hidalgo, las que otorga el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes (Foecah).

Por considerar que estos estímulos a la creación del Fondo Nacional para la cultura y las Artes (Fonca) no llegan realmente a los artistas de calidad probada, sino a los amigos del jurado, la escritora mexicana Sara Sefchovich, solicitó se hiciera una revisión de los miembros que lo integran y que dan su fallo.

Sefchovich, denunció públicamente que hay ciertos artistas de gran valía cultural que no caben en el esquema de las "mafias" del Fonca y que los excluye de las becas.

Es frecuente que muchos artistas (pintores, escultores, escritores y músicos, entre otros) externen su inconformidad por la falta de oportunidad y el poder que ejerce esta élite para no considerarlos candidatos a obtener una de estas becas, ya sea nacional o estatal.

Es entonces cuando los quejosos acuñan el término "mafia cultural” para referirse a la descalificación de que son objeto en el proceso de asignación de este recurso financiero .

No podemos negar la existencia de mafias en México: se dedican al secuestro, al robo de vehículos, al narco, al lavado de dinero, a los fraudes electorales de acuerdo al libro “La mafia nos robó la presidencia” de Andrés Manuel López Obrador. Las encontramos tanto en actividades de la vida pública y privada de nuestro país. Es decir, en la vida cultural, artística, económica, política y científica.

De acuerdo a los diccionarios la palabra “mafia” se refiere a una asociación nacida en Sicilia hacia 1800 con fines de ayuda mutua y que degeneró en una asociación criminal.

En Hidalgo, algunas voces de escritores participantes y de otros que no han querido concursar, revelan la existencia de una mafia cultural que opera en su perjuicio. Hasta ahora, esas quejas se han quedado en simples pláticas entre amigos, o en lamentos por no obtener recursos para crear o publicar su obra.

“Es difícil hablar de justicia y manifestar qué es lo bueno y qué es lo malo en literatura (como para obtener una beca) — afirma Sara Sefchovich— pero de que los criterios están basados en otras cosas que no tienen que ver con la escritura, eso es una realidad". Razón por la que hizo el llamado a las autoridades a fin de que se revise el jurado del Fonca, " y que lo que te pidieran para darte el premio no fuera tu vida política o tu vida fuera de la literatura", señaló.

La escritora, Sefchovich —quien en 1990 recibió el Premio Agustín Yánez para Primera Novela por Demasiado amor— tiene plena razón al pedir la revisión del jurado que decide quiénes serán los becarios pero, por otro lado, también debería sancionarse a los trabajadores de los Fondos, Consejos y demás instancias que convocan para premios y becas, puesto que ellos, en demasiadas ocasiones, cuentan con información privilegiada y aunque las convocatorias los imposibilitan para concursar y también a sus familiares cercanos, eso no les inhibe para “asesorar” a sus amigos. Es entonces, cuando recordamos nuevamente el oficio de la “mafia cultural”.

Para ejemplificar lo anterior, se exponen cinco instrucciones que el entonces funcionario del Fonca (Enrique Olmos de Ita) escribió a su amigo (Abraham Chinchillas Terrazas) para ayudarlo a que ganara una beca en poesía del Fonca, en el año 2004:

1. El jurado es Eduardo Hurtado y María Baranda y quizá meta su nariz apestosa Antonio Saborit.

2. A Baranda no le gustan los proyectos de viaje, o que tengan que ver con escribir sobre lugares, no. Es más, si puedes mencionar "que un poeta no necesita salir de su escritorio para viajar a lejanos lares, que basta con la buena lectura" eso le gustará, te lo aseguro.

3. No dejes de enviar tus libros. Cuando salgan ya, por lo menos “Perro que huye”. No mandes fotocopias, manda las plaquetas y los libros. No hay problema, si no ganas yo te los regreso íntegros.

4. Que tu proyecto sea breve y muy preciso. Eso les gusta.

5. Ya no se piden cartas de recomendación de dos personas importantes en el medio, ahora sólo es necesario poner los datos de poetas que conozcan tu trabajo y puedan hablar de ti. Así que no te desgastes buscando firmas.

Como se puede apreciar en esta conversación, vía correo electrónico, la complicidad de un funcionario con un aspirante a obtener una beca es muy clara.

¿Y las mafias estatales?

Martha Miranda es poeta hidalguense. Inició su andar en las letras hace 17 años. Actualmente, dirige el colectivo Tomatian, que aspira a convertirse en una ONG que promueva la lectura y escritura de poesía. A pesar de más de década y media dedicada a las letras, ha rechazado la oportunidad de concursar para una beca del Foecah: “No he querido concursar porque anteriormente la convocatoria limitaba a los escritores mayores de 35 años (sin trayectoria) y aunque actualmente ya no es así, es evidente que ganan los amigos de las personas (que trabajan en Cecultah). Veo que mis compañeros participan y no obtienen nada y, por otro lado, no concibo que Abraham Chinchillas haya obtenido una beca en la categoría de creador con trayectoria. Allí se ven los favoritismos”.

Para la autora de “El quijote de Hidalgo: vida y obra de Genaro Guzmán Mayer” los favoritismos no sólo son evidentes en la entrega de becas, y también se dan en los premios estatales: “Allí está el ejemplo del Daniel Fragoso, ganador del "Premio Estatal de Poesía Efrén Rebolledo”; lo he leído y considero que sus escritos no son tan valiosos como los de otros compañeros que participaron y que tienen años en talleres. Yo desconozco que Fragoso haya tallereado alguna vez en su vida. En serio, yo lo invitaría —si él quisiera— a unirse al colectivo Tomatian para que sus escritos no se quedaran en simples pensamientos y fueran verdadera poesía”.

Rafael Téllez Jiménez es narrador y poeta. Ha participado sin éxito para la obtención de una beca del Foecah. Sin embargo, no se desanima y asegura volver a participar: “Aunque sea poco el apoyo, las becas son importantes. Considero que hace falta una estructura de valoración de los trabajos y seguimientos de los mismos. No se ha difundido suficientemente lo que han escrito los becarios de letras, cuál es su impacto social. Parece ser siempre la misma gente la que gana, gente allegada en amistad al Cecultah o al jurado, pues están dentro de la misma camaradería y, aunque pretendieran ser imparciales, es un secreto a voces señalar: jurado calificador- amigo becario”.

Si Rafael Téllez no hubiera seguido el camino correcto para obtener una beca y hubiera optado por el más fácil pero deshonesto, tal vez correría con “mejor suerte”, como la de Abraham Chinchillas, al tener un informante en la burocracia cultural federal, que le habría sugerido estos otros cinco puntos:


6. No hables de las becas estatales y si es necesario miente, puedes decir que la obtuviste alguna vez, aquí no hay un control estricto de eso.

7. También resalta que eres de provincia y el centro ha sido marginal, ya sabes, lo que uno siempre dice, que necesitas apoyo para seguir echando pa'lante (sic) desde allá, desde la Bella Airosa. Recuerda que como estas becas son nacionales deben dar estímulos también a gente de fuera, entonces sólo estás compitiendo con poetas del interior, y no está mal resaltar que en Hidalgo, más bien en Pachuca, no le han dado beca de poesía a nadie últimamente.

8. Creo que a Hurtado le gusta mucho que hables de "grandes generaciones de poetas" y esas cosas, no estaría mal comenzar con un breve ensayo sobre algo así y tus referentes y tus filias poéticas.

9. Recomiendo que entrevistes a Hurtado que es más fácil y accesible y le gusta eso de las entrevistas, con Baranda no lo recomiendo. Puedes entrevistar a Hurtado a propósito de su último libro y de paso le dices que también eres poeta, pero no menciones nada de las becas, es secreto a voces que son jurados.

10. Tu proyecto debe ser muy parecido a la muestra de trabajo poético que envías, no es posible que escribas poesía sobre lo cotidiano y que tu proyecto sea escribir poesía ascética o mística. No.

El documento anterior, fue tomado de un disco compacto que llegó a esta redacción, en donde se puede apreciar la firma de Abraham Chinchillas en la superficie del disco nombrado como “Letras Chinchillas” dentro de la carpeta “Fonca” que se incluye en la carpeta “Letras” y en el cual, el emisario se despide con un epígrafe revelador de su oficio:

Eso es lo que puedo decirte.

Ahí te encargo todo.
Te abrazo.

Atentamente "El gran blasfemo" llamado también Enrique Olmos de Ita.
"Éste es el poeta, tú eres el salmista, ése es el que llora, tú eres el que grita... y yo soy el blasfemo. Yo llevo hoy la carroza, yo la llevo. ¡Arriba! ¡Subid todos! ¡Vamos hacia el infierno!/Yo soy el gran blasfemo". (León Felipe).

Al parecer, los “diez pasos para obtener una beca” que se mencionan en este correo electrónico tuvieron resultados: el emisario es ex becario del Foecah y del Fonca y el destinatario, ex becario del Foecah.


2 comentarios:

Abraham Chinchillas dijo...

De becas, mentiras y elefantes


Después de pensarlo muchos días he decidido esbozar estas líneas sobre un penoso asunto esgrimido en las páginas del diario Síntesis de Hidalgo y, aunque tengo la firme creencia de que la mejor manera de callar a los perros es seguir caminando, es mí deber aclarar las mentiras que en un afán de atacarme a mí, afectan a terceros.

El pasado lunes 24 de septiembre apareció un seudo reportaje (pues en su estructura no se acercaba para nada a serlo), titulado “Cuando la mafia roba las becas: una historia de corrupción”, firmado por Aideé Cervantes Chapa; en el cual se pretende desprestigiarnos al dramaturgo Enrique Olmos de Ita y a mi, involucrándonos en un supuesto tráfico de información privilegiada para obtener una beca. Por tal motivo y en la intención de que los lectores no sean confundidos con mentiras, deseo aclarar los siguientes puntos:

La supuesta comunicación que Enrique Olmos me envió con “consejos” para obtener una beca, nunca ocurrió de esa manera. Olmos siempre ha demostrado integridad en lo que hace, como funcionario o como creador, eso no solamente le ha permitido ganarse la confianza de sus amigos, sino de instituciones en el extranjero que lo han apoyado, con becas y premios, para crecer como escritor. Sí, Enrique y yo hemos platicado innumerables ocasiones sobres esos procesos (que mejor que recibir guía de un amigo becario en dos ocasiones), pero sus consejos han sido siempre sobre el quehacer literario, que es al fin de cuentas lo que realmente importa. Quien diga lo contrario, miente.

El supuesto disco compacto en el que se encontró dicha comunicación y que tiene mi firma en la superficie, es probable que exista. Durante más de diez años de trabajo público como escritor he firmado tantas cosas: libros, discos, revistas, suplementos culturales, etc. Quien asegure tener una prueba en este disco compacto, seguramente que también es el responsable de “fabricarla”.
Ciertamente he sido becario del FOECAH en la emisión 2006, pero nunca he obtenido una beca del FONCA como afirma la nota; de hecho he participado en dos ocasiones, la última apenas este año (2007), pero lamentablemente no fui seleccionado.

Con Eduardo Hurtado, otro de los escritores mencionados en la nota, me une una entrañable relación de admiración y amistad desde hace años. De hecho lo he entrevistado en un par de ocasiones, pero nunca con la intensión de obtener más que un ejercicio de verdadero periodismo para publicar en un medio de comunicación. Una de esas entrevistas apareció en el sitio web http://www.pachuca.com.mx/ en 2004. Que yo sepa, él nunca ha sido jurado de las becas de FOECAH y menos durante la selección en la que resulté ganador de uno de los apoyos.
A cualquiera puede no gustarle lo que hacemos algunos escritores, todos tenemos el derecho de discernir sobre la calidad de una obra literaria; pero lo que no es valido es que en un afán de justificar la mediocridad de la literatura que producen algunos seudo escritores locales se quiera desprestigiar los procesos de selección de becarios y ganadores de premios. Ni los becarios, ni los ganadores de premios, ni las instituciones que los otorgan tenemos la culpa de que no sepan escribir. ¿Por qué no mejor cerrar filas para que en el estado existan más posibilidades de apoyo, no solamente para escribir libros, también para publicarlos?

Como ex becario les doy tres simples consejos a aquellos escritores frustrados por no obtener un apoyo o un premio: 1) Lo primero que hay que hacer es participar, enviar proyecto; las becas y los premios no tocan a la puerta. 2) Si su proyecto es rechazado, sean objetivos en la autocrítica, corrijan lo que haya que corregir, acérquense a verdaderos creadores y no a grupitos que más parecen de superación personal que ONG’s. 3) Siéntense a escribir, así se hace la literatura, no a base de injurias ni envidias; lo que importa no es la cantidad de premios, es la cantidad de lectores que su obra sume.

Por último quiero expresar mi sorpresa al leer la firma de la nota difamatoria. Aideé Cervantes Chapa ha sido becaria del FOECAH en dos ocasiones y sabe mejor que nadie que los procesos de selección para obtener una beca no solamente son transparentes, sino también justos. Pero además había sido una comunicadora que había apoyado mi quehacer literario en diversas ocasiones, por ejemplo: incluyendo mis poemas en el número uno de la revista “Visión Latina” que ella dirigía; además me recomendó para sucederla en la dirección de dicha publicación cuando sus intereses profesionales cambiaron; me ayudó a corregir los primeros textos de lo que después sería mi segundo libro; me entrevistó como participación especial del programa de Radio Educación “Voces Interiores” en ocasión de la publicación de mi primer libro; otras entrevistas se sucedieron en muchas más ocasiones en programas que ella produjo para la radio estatal y la radio universitaria, siempre expresando su beneplácito por la publicación de mi obra (ahí están las grabaciones que lo constatan); y por último invitándome a un par de ciclos literarios que ella misma organizó a principios del año en la universidad donde labora actualmente. ¿Qué le hizo cambiar su apreciación sobre mi persona o mi obra? Peor que eso, después de lo arriba enlistado, ¿cómo creerle ahora? ¿No es en verdad deshonesto jugar con el prestigio de alguien solamente para satisfacer intereses mezquinos de terceros? ¿Te hace mejor periodista ser el títere de un grupo “artístico” que no ha logrado sobresalir por su comprobada falta de seriedad y de talento? Lo que es claro es el objetivo del ataque: en este momento se encuentra abierto el proceso de recepción de proyectos para obtener una beca del FOECAH en la emisión 2008, por lo que pretende hostigar mediaticamente a los jurados de este año para que, en caso de así merecerlo, no me otorguen otra beca, a la cual por cierto, ya puedo aspirar pues a pasado un año desde que obtuve la primera. Estoy seguro que no lo conseguirán, yo si confío en el proceso de selección del FOECAH y estoy seguro de la calidad de mi obra; pero sobre todo, sé respetar la decisión de cualquier jurado, que les recuerdo, es inapelable.

En virtud de que mi labor como escritor, comunicador y funcionario siempre ha sido pública, atacarme es como tirarle a un elefante con un rifle a corta distancia por lo que no se obtienen muchos puntos por hacerlo; ¡bien Aideé!, obtuviste un punto, perdiste un amigo.

Abraham Chinchillas dijo...

Te lo dejo por si no lo habías leido.